Procesos controlados de principio a fin

Procesos de fabricación del vino Una de las principales ventajas de las pequeñas producciones es la posibilidad de controlar al milímetro todos y cada uno de los procesos tanto en la producción como en la elaboración. En los viñedos la atención es total en cada una de las fases vegetativas ya que al encontrarse éstos alrededor de la bodega esto nos permite cuidar y prevenir posibles enfermedades y plagas así como controlar día a día la maduración del fruto. En la bodega los controles son permanentes tanto en la fermentación de los mostos como en la crianza. La temperatura, factor clave para una buena progresión y conservación de los vinos , se controla desde la entrada de la uva, con espacios climatizados, hasta el estocaje de botellas en la crianza reductora. Disponemos de un grupo que proporciona calor o frío según convenga en cada caso y que sirve al mismo tiempo para climatizar tanto la vivienda como la bodega. En el área de fermentación se controla la temperatura para que ésta no sobrepase los 27 grados y también se pueden mantener los vinos, una vez terminados, a temperatura entre 18 y 20 grados para realizar por si solos la fermentación malo láctica y poder ponerlos en barricas una vez terminada ésta. Una vez en la bodega de crianza el equipo enológico controla la evolución de los vinos con analíticas periódicas i catas que ayudan a determinar el punto óptimo de embotellado. Es un trabajo paciente que llega a su final en el momento de cerrar el preciado producto en botellas selladas con corcho natural de alta calidad para poder así preservar todas las características físicas y organolépticas de éstos vinos que a partir de éste momento podrán reposar largos años en la botella hasta su consumo final.