Artesanía vitivinícola llevada a nuestros días

Viticultores y empresarios en diferentes sectores desde 1880 la familia compró la finca llamada Mas del Severino con cerca de 50 hectáreas (actualmente llamada Mas del Camperol) durante los años cuarenta. Los abuelos maternos fueron en su momento fundadores de la cooperativa local de el Lloar. Los nietos finalmente decidimos crear marca propia y llevar adelante un proyecto de bodega para la elaboración de vinos a partir de uvas de cosecha exclusivamente propia. Todas las fases de la producción vienen caracterizadas por la intervención de la mano humana soportada por nuevas tecnologías que nos ayudan a realizar unos productos terminados de una alta gamma. La automatización sólo se encuentra en los procesos de envase y atiquetado del producto final. En la resta, la mecanización ayuda en los trabajos del campo y también en la vinificación y manipulación como complemento organizado por tal de hacer más eficaz todo el trabajo.